martes, 26 de febrero de 2013

La Inteligencia Artificial y las Emociones



 Una de las discusiones más recurrente en torno a la inteligencia artificial, es comprobar si una maquina logra pensar y analizar como un ser humano, pero en esto también viene involucrado la necesidad de conocer si dicha maquina sería capaz de tener emociones y sentimiento como nosotros.

En un Primer plano, los científicos que trabajan en el desarrollo de maquinas con Inteligencia Artificial solo piensan en el aspecto racional de ellos, aunque muchos en la actualidad han comenzado a contemplar seriamente la necesidad de incorporar componentes emotivos como indicadores de estado, a fin de aumentar la eficacia de los sistemas inteligentes.

Muchos defensores de este argumento, explican que al un sistema inteligente poseer sentimientos y, al menos potencialmente Motivaciones, podrán actuar de acuerdo con sus intenciones, así se podría equipar a un robot con dispositivos que controlen su medio interno; por ejemplo, que Sientan Hambre al detectar que su nivel de energía este descendiendo o que sientan miedo, cuando estén frente algún peligro.

Algunos van más allá y opinan  que sería de gran utilidad lograr introducir el dolor o el sufrimiento físico  a fin de evitar torpezas de funcionamiento como, por ejemplo las constantes caídas de grandes altura que provoca daños irreparables. 

Esto significa que los sistemas inteligentes deben ser dotados con mecanismos de retroalimentación que les permitan tener conocimiento de estados internos, igual que sucede con los seres humanos. Esto es fundamental tanto para la toma de decisiones como para preservar su propia integridad y seguridad.

Pero importante tener en cuenta que a los sistemas de Inteligencia artificial no poseer elementos emocionales les permite no olvidar ni tener influencias emocionales a la hora de lograr la meta que deben alcanzar. Por el contrario en los humanos es evidente como muchas veces por perturbaciones emocionales o el olvido no podemos cumplir nuestras tareas de la forma deseada y en muchas ocasiones las dejamos al abandono. Es por esta razón que los sistemas inteligentes al combinar sus funciones de racionamiento y un componente de emociones, junto a la toma de decisiones y asignación de prioridades con base en estados actuales y metas a lograr, podrían ser capaces de lograr un rendimiento eficiente.

En resumen,  muchas veces se ha tratado de ver que las emociones y  lo racional son aspectos contradictorios, pero desde el punto de vista de la inteligencia artificial sería una gran utilidad, que lograría un avance importante en el mundo de la robótica y cambiaria sin duda la percepción que se tiene sobre este tipo de inteligencia, aunque aún falta mucho camino por recorrer el hecho de reconocer que estos aspectos son complementarios es un buen comienzo.

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